-Comentario de un espectador acerca del audio y el video
Definitivamente la banda sonora es la que da el carácter a la imagen en movimiento. En el caso del video instalación Ecosimétrico, el encuentro de la música fue una verdadera sincronización como las descritas por Jüng, en su análisis sobre las coincidencias. En la ciudad de Maracay, Venezuela, donde realicé la mayor parte del video, vive el Dr. Carlos Ascanio, ingeniero agrónomo, especializado en investigaciones biogenéticas y tratamientos naturales, enfocando los efectos de la acústica en el sistema nervioso, a través de la musicoterápia. Todas estas investigaciones han dado como resultado el desarrollo de una tearpia enfocada en la meditación, a través del estímulo que producen las melodías, compuesta por Ascanio, basadas en la cadenas de ADN de las plantas. Para este video se utilizó la armonía de la Ginkgo Biloba.
Esta planta originaria de oriente es la única en su especie, aunque comparte con el cáñamo la particularidad de contar con distinciones sexuales, siendo la masculina la que mayor cantidad de flores presenta; éstas se encargan de fertilizar a las plantas femeninas, las cuales producen una semilla blanda y comestible.
La Ginkgo Biloba es considerada un fósil vivo, con claras parentelas con fósiles de plantas que datan de hace 270 millones de años, y los especímenes vivos llegan a tener una edad de hasta mil años.
En la medicina tradicional china la Ginkgo ha sido utilizada ancestralmente para estimular el sistema circulatorio, ayudando a la irrigación en los tejidos y los órganos. Esta característica ha promovido el estudio de esta planta para tratamientos enfocados al estímulo de la memoria, para detener el daño de enfermedades como el Alzheimer y la demencia senil. También es utilizada para evitar accidentes cardiovasculares, y ayuda a la oxigenación cerebral, lo que aumenta la optimización de la glocusa en el organismo. Incluso es parte del tratamiento de la fibrosis pulmonar.
Sobreviviente de Hiroshima
Un año después del ataque nuclear en Hiroshima, durante la primavera de 1946, cerca de un kilometro del epicentro de la explosión, un viejo Ginkgo, destruido y viejo empezó a brotar. Este árbol se convirtió en símbolo de renacimiento y objeto de veneración, llamado el protador de esperanza.
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